7/7/14

Fractura de cadera



Del buen momento que estaba disfrutando:

A tres semanas de competir en un IM y cuando después de haber pasado meses malos , por sobreentrenamiento o falta de recuperación ya estaba entrenando con muy buenas sensaciones, me salían los ritmos que me tenían que salir y disfrutaba de las más largas y duras sesiones.




De como una mala decisión o un error por descuido en algo muy insignificante a primera vista, pero que en realidad no lo es,  te causa daños de dimensiones impensables:  

 Un domingo de madrugada salgo con la cabra para una sesión de 6 horas, cuando llevaba 40 minutos, en un repecho al inicio del cual me pongo de pie para pedalear con más fuerza, se sale el pie izquierdo del pedal ( por ponerme unas zapatillas con las calas muy desgastadas y que pudiendo ponerme otras no lo hice) y me voy al suelo, el golpe fue bastante fuerte en la cadera el hombro y sobre todo, en la cabeza. 

Me levanto al instante y noto que la cabeza no ha sufrido nada a consecuencia del impacto contra el asfalto gracias al casco; me vi una herida en el hombro y otra en la cadera, me repongo un poco y decido continuar hasta el pueblo más próximo para lavarme, pero la rueda delantera ha sufrido un llantazo, la cambio y cuando termino observo que la trasera también, solo llevaba una cámara así que no me queda más opción que llamar a Reyes que me venga a buscar.

En casa me aseo y pongo betadine en las heridas, me tumbo un rato en el sofá con intención de salir a entrenar cuando me recupere un poco, pero al ponerme de pie casi no me sujeto y no puedo dar un paso con la pierna derecha lo cual me hace tomar la decisión de ir al hospital. Allí me hacen un tac y cuando me llaman me dicen que tengo una fractura en la cadera y me ingresan inmediatamente, no me lo creía o no quería creérmelo, no me dan muchas explicaciones y me dicen que mañana el traumatólogo hablará conmigo.

De como cambian las cosas en minutos y como hay que adaptarse a ello: 

 En un principio cuando me levanté dolorido nada más caerme pensaba que podría seguir entrenando y no perdería ni la sesión de hoy, luego en casa ya me planteé solo nadar un poco, en el hospital y antes de conocer el resultado del tac pensaba que de dos a tres días sin correr y listo, a 21 días de la competición no me perjudicaría y de repente, despues del diagnostico, soy consciente de que voy a estar varios meses sin entrenar, o peor aún sin poder andar.
Así  son las cosas y hay que aceptarlas tal como viene y lo único que puedo hacer es tomar las decisiones más adecuadas para minimizar los daños en lo posible que es muy poco en este caso. El mal humor no beneficia nada y procuraré ser lo más pragmático que pueda para sobrevivir lo mejor posible a mi nueva situación.
Al día siguiente me visita el traumatólogo y me diagnostica fractura en el acetábulo sin desplazamiento, me dice que considera mejor no operar y como primera pauta tres semanas de inmovilización tumbado y sin apoyar la pierna en el suelo.




De cómo sobrevivo en mi nueva situación:

Ahora salgo más que antes , Reyes me llevan en silla de ruedas a ver entrenar a Diego con su equipo de rugby.


Salimos por Valencia ciudad casi todos los días, cosa que antes entre el entrenamiento, el trabajo y el descanso casi no tenía tiempo para hacerlo.
He intentado hacer tareas domesticas que llevaba años sin decidirme a hacer, pero mi inmovilidad y tener que desplazarme con las dos manos ocupadas por las muletas me ha limitado mucho estos menesteres.


De cómo sigo las pautas prescritas por el traumatólogo aunque con mi propia interpretación en algunos detalles: 

Según preescripción no tengo que apoyar la pierna derecha en el suelo, pero si la puedo mover estando tumbado y con  movimientos no bruscos, esto es conveniente para reactivar la circulación.

Según mi entender, los movimientos más  suaves y menos traumáticos que se pueden realizar son  estando inmerso en un medio liquido, es decir flotando en el agua, por ejemplo, lo cual  me puede permitir nadar todo lo que quiera siempre que el batido de piernas sea lento y suave.
Gracias a esta decisión de nadar todos los días un poco me encuentro mucho mejor y no vuelvo loca a Reyes.

   Me acerco al agua ayudado por las muletas 


 Repto unos metros hasta que el agua me haga flotar.

Una vez flotando puedo nadar todo lo que desee.

De nuevo la asistencia de Diego para quitarme el traje

Y salgo reptando tal como había entrado, sin apoyar la pierna derecha.

Estas sesiones diarias de natación me permiten abrir el apetito y engañar un poco a las endorfinas.


Solo me queda esperar que se resuelva este verano mejor de lo que ahora y en principio puede parecer.