A unos cuarenta metros de la línea de meta en el triatlón de Elche cuando yo llegaba corriendo con euforia los últimos metros y sin yo esperármelo me sale de repente mi hijo Diego y me da la mano para entrar en meta conmigo, yo no me di cuenta de bajar el ritmo pero él lo pudo suplir con un esprint a tope de sus posibilidades, Muy bien por Diego.
1 comentario:
ya ha empezado a coleccíonar buenos momentos, está enganchado...
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