11/12/08

Bad weather



Hoy abro el correo y me encuentro este mensaje de mi amigo y colega Tomás que está trabajando de Mooring Master en Nigeria:

Hola Juan,
Aquí estoy en Bonny, la cosa no esta muy bien por aquí, el otro día atacaron en la oficina que esta en el puerto y mataron a mas de veinte militantes (los militantes son la guerrilla de aquí), cuando vamos a los barcos llevamos escolta naval, imagínate la cara de el capitán del barco cuando nos ve, no sabe si soy el practico o que le vengo a atracar la caja fuerte, los capitanes están muertos de miedo. Bueno ya te contare mas cosas, abrazos, Tomas.





Se que a mi amigo Tomás esto no le impide salir y hacer su carrerita diaria , es mas , yo diría que cuando las condiciones son mas adversas mas necesitas esos momentos de esfuerzo fisico , sudor y desconexión mental, el correr por una carretera desconocida en cualquier rincón del planeta , de noche bajo las luces del paseo marítimo de una ciudad importante o por los caminos de cualquier pequeño puerto tercermundista , el corazón latiendo rápido , los músculos trabajando y todo tú envuelto por los olores, los colores, las vistas y todas las sensaciones que te produce ese entorno desconocido muchas veces o cotidiano otras y solo en compañía de tus pensamientos, esos momentos te cargan las pilas para enfrentarte a lo que venga.




Las condiciones adversas, el tener menos tiempo , el no estar en el lugar adecuado, para entrenar o para hacer cualquier cosa esta claro que son un handicap por una parte, pero por otra es una motivación extra para lograr llevarlo a cabo , cuanto mas dura es la ascensión mas disfrutas de la cumbre y siempre se puede encontrar algo que te motive para seguir el camino en condiciones desfavorables.

Una vez en un barco , un tripulante cansado de verme durante meses correr todos los días hora y media , a veces mas, dando vueltas alrededor de un circuito de 90 mts sobre la cubierta superior del barco y bajo un calor y humedad tropical sofocante , me pregunto que como era capaz de estar tanto tiempo corriendo en esas condiciones.
Yo le contesté, que solo era mi cuerpo el que corría en esos escasos metros de acero y sorteando obstáculos, que mi mente estaba corriendo por los interminables caminos de tierra de la meseta Castellana o por una pista forestal en los Pinares de Soria o por los geniales parajes cercanos al Teide en la isla de Tenerife o por un sombrío bosque gallego o en la playa de Tarifa, solo tenia que evadirme y venían a mi mente los recuerdos de esas perfectas sesiones de entrenamiento.
La cabeza manda, el cuerpo obedece.